“Esta es una profesión de riesgo y has de trabajar al filo de la navaja porque sino, ahí donde caes, caes en el desastre.”
OAB(Office of Archtiecture in Barcelona), fundada en el año 2005, por Carlos Ferrater, junto con sus hijos Borja y Lucía Ferrater y su yerno Xavier Martí-Galí es una plataforma colectiva, basada en el aprendizaje realizado en los años previos por el estudio de Carlos Ferrater, incorporando la visión fresca y renovada de un equipo flexible de profesionales que suman conocimiento teórico y práctica profesional.
OAB es un estudio de arquitectura que ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos con una reconocida presencia nacional e internacional. Nos gustaría saber qué caracteriza vuestra arquitectura. ¿Cuales son los valores que consideráis que os identifican?
“Nuestro valor principal y más importante es nuestro compromiso con la sociedad. Entendemos que construir un proyecto es organizar socialmente algo que se va a redondear en beneficio de los demás. En segundo lugar hay otra raíz en común que es el respeto por los lugares en los que trabajamos. Es decir, no nos vale una arquitectura de franquicia, creemos que caer en ese estilo es crear la muerte de la arquitectura con lo cual, siempre dejamos un pequeño rastro de nuestras personalidades en los proyectos que creamos. Cada uno de ellos es una experiencia nueva que nos pone el reloj a cero y con la que intentamos transmitir la propia tradición cultural del lugar en el que estamos. Cada proyecto es singular pero está dentro de un proyecto continuo cada uno, transmite a su personalidad en el proyecto que lidera pero al final hay un poco una raíz conjunta. ”
Es interesante como un estudio formado por socios que son familia, consigue un equilibrio de confianza y respeto mutuo¿Podríais hablarnos sobre el rol que asume cada uno en el estudio? ¿Cómo os organizáis o cual es vuestra estructura?
“Mira digamos que nuestra estructura es justamente la ausencia de estructura. Podríamos decir que en cierta manera nuestra organización es como la vida misma; un tanto caótica y aleatoria, ya que no hay una jerarquía preestablecida ni prácticamente reuniones pero yo soy bastante partidario de todo esto. Para mí vale más la intuición, la sensibilidad y una curiosidad innata hacia lo desconocido que quizás un orden que te encadene o encasille.”
Entonces, ¿según qué criterios os basáis para repartir el desarrollo y gestión de cada proyecto?
“Básicamente cada uno lidera los distintos proyectos según su afinidad y la sensibilidad que crea con ellos.”
Bueno Lucía, ¿puedes explicarnos en qué consiste esta especie de extensión la Galería OAB?
Unos años más tarde de habernos asociado encontramos este espacio, este pequeño lugar cerca de nuestro estudio que nos daba la posibilidad de ampliar un poco nuestra proyección hacia el exterior, así como el hecho de acoger diversos ámbitos e inquietudes que teníamos. Esta galería sirve para recibir alumnos a quienes damos clases y ofrecemos conferencias pero no solo esto sino que puntualmente, acogemos arquitectos y realizamos pequeños eventos relacionados tanto con el mundo de la arquitectura como con nosotros como pueden ser exposiciones, presentaciones de libro, etc.”
Háblanos de tu relación con la materialización de los proyectos…
“El detalle constructivo y el material ya aparecen en los primeros trazos del dibujo a lápiz. En ese momento ya tienen que estar en tu cabeza porque son los ingredientes básicos para construir. Siempre intentamos que todo aquél acabado o parte sensitiva del edificio, ya sea su razón constructiva. No pensamos nunca en los proyectos como un gesto sin estar pensando de forma paralela en la construcción y la materialidad. Es decir, esta es inherente al proceso creativo, y es a partir de ella que seguirás de una forma u otra, según lo que haya estado en tu mente desde el principio.”
Decís que toda esta materialidad, para vosotros, va muy ligada desde el inicio de la creación de cada proyecto. ¿Entonces, empezáis ya desde un comienzo con la búsqueda de los materiales más adecuados en cada caso?
“Si, ya desde el principio, si tenemos en mente trabajar con ciertos materiales es evidente que ya hacemos esa búsqueda desde muy el inicio.”
Relacionado también con la materialización de los proyectos, ¿alguna vez os ha supuesto algún problema que un proyecto no se desarrollara de la forma en que inicialmente habíais pensado?
“Bueno a ver, siempre trabajamos sobre la base del sentido común pero vivimos en un país donde la industria de la construcción es muy buena. Tenemos empresas muy punteras en la fabricación de materiales y realmente, pocas dificultades tenemos yo creo en este país. Es decir, nuestra imaginación e inquietudes pueden desarrollarse e ir bastante lejos para poder conseguir nuestros objetivos gracias a que tenemos grandes fabricantes y empresas.”
Siguiendo con los procesos de materialización…en lo que concierne a las obras, ¿soléis delegarlas o las mantenéis en el equipo?
“Suceden dos tipos de situaciones en el despacho quizás. Aquellas en que acompañamos las obras durante todo el proceso y aquellas en las que no lo hacemos durante todo el proceso al 100%. Lo que sí que es cierto es que nunca dejamos las obras en manos de otros sin que nosotros llevemos un asesoramiento para que aquella obra quede como tiene que quedar. Si la obra pierde el rumbo, ya no es obra nuestra y esto es algo que tenemos clarísimo.”
Y al ser un equipo tan familiar, ¿es fácil conseguir autocrítica?
“Si porque además somos muy diferentes los cuatro. Tenemos maneras de hacer y entender según qué cosas de formas muy diferentes pero que pueden convivir, por supuesto. De hecho yo creo que en los despachos que se es uno solo, la autocrítica es muchísimo más difícil. El hecho de ser más creo que es un elemento que suma y nos complementa.”
Comentábamos en un principio los valores que os definen, donde existe también vuestra preocupación por la sociedad y por que cada pieza de arquitectura se convierta en una parte importante de la ciudad, ¿cómo hacéis para saber qué es lo que necesita la sociedad?
“Bueno esto es muy difícil, ¿no? La verdad es que es mucho más evidente y fácil cuando trabajas en tu ciudad, que la conoces desde que has nacido y eres parte de ella. Conoces su tradición, su materialidad, la climatología, la sociedad, etc. Al final, la misión de un arquitecto al hacer un edificio es de suma responsabilidad. Es decir, el dejar un edificio construido en cualquier lugar es de suma responsabilidad no sólo civil, sino intelectual, ética y moral porque dejas algo que va a perdurar en el tiempo mucho más que tu vida y que la de tus familiares cercanos. Entonces es evidente que la responsabilidad que tiene un arquitecto es inmensa y yo creo que todos los arquitectos deberían trabajar con esa espada de Damocles encima.”
Volviendo contigo de nuevo Carlos, ¿cómo ves OAB en el futuro?
“Yo creo que OAB tiene un gran futuro por delante, la verdad. Más que nada porque hasta hace unos años yo era una figura más necesaria mientras que, a día de hoy, soy totalmente irrelevante. Es decir, yo ya no viajo tanto, no voy tanto a las obras y llevo proyectos quizás más pequeños…En cambio el equipo está cogiendo una fuerza enorme, con más presencia en la ciudad, en Europa y en el mundo en general. Cada vez más jóvenes arquitectos quieren estar en la plataforma, hemos creado algo que puede mantenerse en el tiempo, y es bonito, hoy son piezas muy importantes dentro del estudio Xavier, Lucía, Borja, Nuria, arquitectas senior como Montse, Marina, Diana o Andrea y los jóvenes arquitectos que se van uniendo. ”
Gracias por recibirnos y permitirnos conocer mejor el interior de OAB, es muy interesante ver como dentro del estudio conviven la vocación por la arquitectura, los lazos familiares y la rigurosidad de un equipo que trabaja de manera profesional, complementándose y creciendo, con el equilibrio de quien posee experiencia y tiene la mirada puesta en el futuro.